No es necesario colmarnos de ciudad

 Las frases le rondaban hasta que las escribía, una vez escritas se las olvidaba, como olvidaba el aire, como se nos olvidan las cosas que apropiamos. Ella sabía que la luz es más luz cuando está rodeada de oscuridad.
“Toda forma de pausa nos medita” repetía en momentos de distensión y cuando le conté de mis problemas al escribir me supo enseñar “Desenredar los pensamientos evita tantear ciegos la salida, besa las palabras, dividí el impulso natural, absorvomitálas. Aun así saberse cable en medio del diluvio es difícil, lo que nos salpica debe ser agradecido, ojos abiertos y lengua afuera para las gotas de poesía. No es necesario colmarnos de ciudad”.

El día siguiente las luces y la tormenta ilustraban un infierno, aproveché y llené  mis páginas en blanco. El vértigo en los pies me tragaba como una marea absoluta, había tanto caos afuera que me sentí un pez globo. Esa tarde le regalé un poema:

es temprano
respiro como un fuelle
y hoy no desperté con la costumbre humana
de creer en el borde más que en lo inabarcable.

no hay línea divisoria
que divida el frió y la sombra
cada lado de tu centro
es una preciosura inverosímil. 

imagino tus manos, tu lienzo me dibuja
mis colores te reflejan.
imagino tu lienzo, tus manos me dibujan
tus colores me reflejan.

detrás de los puentes colgantes
nacen los acontecimientos aéreos
y aunque no los vea
son más reales que lo palpable.


 "Seguí intentando" me respondió.

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