El vano intento de envolver pensamientos dispersos

 Desde ese preciso lugar podía verlo todo, pero le llamó la atención el gato blanco en la ventana del séptimo piso jugando con la persiana. El felino se admiraba al ver los pájaros que giraban en torno al edificio.
 Aquella mañana sintió que el aire traía algo distinto, salio al balcón y escribió en el reverso de la cuenta del gas: [Hoy el silencio salio a rozar el pavimento. El cemento sorprendido libró viejas asperezas que se fundieron con el aire reverberado de la ciudad] A su lado izquierdo se balanceaban dos obreros apilando ladrillo sobre ladrillo en la construcción, hablaban de fútbol.

 El no sabia qué buscaba ahí afuera. Pensó en los ruidos de la construcción, el los había odiado desde pequeño, pero al enfrentarlos ese día se encariño con las percusivas acotaciones de la pala y la base aguda de la sierra.
 En el edificio de enfrente, dos pisos mas abajo del gato blanco, la vecina sacaba todas sus plantas al sol, y en la vista panorámica de el se abrió un punto verde indisoluble que lo dejó  pensando un buen rato.
 Clara, la vecina de las plantas, ahuyento a escobazos a dos pájaros que al ver el color verde desde lejos acudieron desconcertados. A ella la llamó Clara, le gustaba ponerle nombres a los desconocidos, se acordó de su primer bautizado, le puso Jeremías al kiosquero de enfrente a los siete años. Ahora de grande se da cuenta que lo hace para sentirse menos solo. 

 El sol tenue rebotaba en los edificios, el gato blanco ahora mordía la cortina  y se escondía, Clara empezaba a regar sus macetas y los obreros tomaban un descanso cuando en ese mismo instante recordó que era su cumpleaños.

[Tengo esta piel] Atacaba una vez más aquella hoja con su lápiz negro.

 Trató de trasladarse hacia otro lugar usando el sonido ambiente, intento comparar el sonido del cemento arrastrado con algún otro, que lo lleve a otro sitio... fue en vano, lo único que se pudo imaginar es el ruido de su Renault cuando no arranca.
De pronto miró hacia arriba, los pájaros seguían cortando las nubes.
[Cielo detrás, como un mar horizontal llovió]

 Nicolás. Se preguntó el motivo de su nombre, siempre lo sintió sonoramente insípido y automáticamente escribió la palabra que envolvía esos pensamientos...

 [Disfraz]

Se sintió alivianado...

[Pluma]

Sus pensamientos jamas estuvieron tan dispersos y cada palabra era una burbuja que cubría, envasaba y extirpaba de él cada uno de ellos.

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